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Enumerando al Amor



Como buen insomne, revisaba, en vela, las publicaciones banales que ofrecían las redes sociales. Habían, por supuesto, 500 fotos de bebés, matrimonios y besos públicos que emanaban una necesidad absurda de mostrar amor al mundo. Pero más allá de eso, me di cuenta que, en nuestra época, pareciera existir una necesidad casi desesperada por las listas, los conteos y sobre todo frases cliché que pretenden enseñarnos a vivir.


Los famosos ¨10 consejos para conseguir pareja encabezaron la selección de un viernes por la noche. Las ¨20 frases que debes decir para conservar tu relación¨ le pisaba los talones. Los ¨5 pasos básicos para volver loco a un hombre¨ se mantenía en el tercer lugar, mientras que ¨¿cómo saber que es el hombre ideal?¨ se plantaba en el cuarto peldaño.


Pues sí, damas y caballeros, la autoayuda se salió de control. Tanto así que ahora hasta pretenden enseñar como enamorarnos, como besar y hasta como tener sexo.


No cabe duda que, paradójicamente, en el mundo moderno, extremadamente comunicado y globalizado, las relaciones interpersonales se hacen más complejas a medida que transcurren los años, pero aún así, tener que llegar al punto de seguir pasos preestablecidos para lograr conseguir amor, me parece demasiado desesperado.


Ya la Biblia (Corintios 13) nos explica que ¨4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.¨ En pocas palabras, lo que los profetas intentan explicarnos, es que el amor es bien pendejo, y quien lo sufre, o lo goza, se vuelve un completo idiota (como la justicia o todo lo que se hace a ciegas).


Yo, como buen enamorado del amor, después de un centenar de lágrimas, de parapetear mi corazón roto y de romper unos cuantos, estoy totalmente convencido de que el amor es instintivo. Si, cliché de nuevo. Ahí no hay reglas, no hay parámetros, no hay algoritmos ni mucho menos lógica alguna que valga. Ahora bien, si usted cultiva una relación basada en frases establecidas y ¨consejos prácticos¨, olvídese, usted esta haciendo de todo menos amando. Así que, si tropezó con una piedra por culpa del amor, no se estrese, enamórese de la piedra porque muy probablemente vaya a volver a tropezarse.


Ya basta de jurar que no se va a enamorar de nuevo. ¿A quién engaña? En un par de meses va a estar de manos con el ¨amor de su vida¨ de turno.


Besa despacio, o a toda velocidad, como te de la gana, pero besa, sin miedo, sin reglas. Juega con tu lengua, acaricia, aprieta, gime, grita sin pena, riega tus orgasmos sobre las sábanas y si quieres hasta monta esas fotos en Facebook. Al final, hasta ellos mismos lo saben, nadie va a necesitar listas ni consejos cuando mire a su próxima víctima.



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