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The Danish Girl (2015) 

The Danish Girl (2015) 

Tom Hooper 

Tom Hooper 

El roce del nylon, el tacto de la seda en las manos que funciona como un motor imparable para desatar prejuicios, para liberar opresiones. Tocarse la piel y no sentirse una extraña presidiaria de reglas impuestas ni de líneas trazadas. Tomar un bolso repleto de valentía y salir a la calle, dejarse mover por el viento y volverse un fragmento de paz que se cuela entre las nubes del acantilado.

 

Una historia que se cuenta en pinceladas, retratos de amor que no cubren consciencias ni opacan verdades. Aplausos para Tom Hooper por su elegancia encantadora y Eddie Redmayne (Eirna / Lili Wegener) y Alicia Vikander (Gelda Wegener) por conducir dos horas fenomenales.

El roce del nylon, el tacto de la seda en las manos que funciona como un motor imparable para desatar prejuicios, para liberar opresiones. Tocarse la piel y no sentirse una extraña presidiaria de reglas impuestas ni de líneas trazadas. Tomar un bolso repleto de valentía y salir a la calle, dejarse mover por el viento y volverse un fragmento de paz que se cuela entre las nubes del acantilado.

 

Una historia que se cuenta en pinceladas, retratos de amor que no cubren consciencias ni opacan verdades. Aplausos para Tom Hooper por su elegancia encantadora y Eddie Redmayne (Eirna / Lili Wegener) y Alicia Vikander (Gelda Wegener) por conducir dos horas fenomenales.

Where do we go now? (2011)

Nadie Labaki

“ La historia que cuento es para todos los que quieran oírla. Una historia de aquellos que ayunan, una historia de aquellos que rezan, una historia de un pueblo solitario con minas dispersas a su alrededor. Atrapados en una guerra, divididos hasta su esencia. A las tribus de corazones rotos bajo el sol ardiente. Sus manos manchadas de sangre en el nombre de una cruz o una media luna. Desde un lugar solitario, el cual ha escogido la paz, cuya historia se hila entre alambres de púas y armas.¨

 

Así comienza esta historia. El narrador se abre paso a través del desierto, a través de la música, a través de las lágrimas de las mujeres de negro. Gracias Jose Samir Iskandar por hacerme ver esta película, gracias por recordarme mi historia.

Encantandora desde todos los ángulos, Nadine Labaki logró realmente llevarnos hasta otra perspectiva de la guerra, de las armas y del amor de una madre.

PD: Corran a descargar el soundtrack. (Standing ovation para Khaled Mouzannar)

The Double (2013) 

Richard Ayoade

Un cuarto en penumbra. Noche. Un edificio de ladrillos. Todos duermen, todos menos él. Se acerca al telescopio, en el edificio de en frente, un hombre con binoculares está punto de saltar por la ventana. 3, 2, 1, abajo. Boom, muere.

Delirio, esquizofrenia, casualidad o mala suerte, todo enmarcado en visiones duales, en personalidades opuestas con el mismo rostro. Corre, escóndete, resígnate a seguir siendo Pinocho. Vuélvete un patán extrovertido que enmaraña los días y vuelca las sociedades a su favor, a su conveniencia.

 

Rojo, verde, azul. Frío, cálido. Luces y sombras a medias. Rostros seccionados al medio, miedos engranados en un mismo lugar, en una misma persona, situaciones fatales ambientadas con música de alto contraste, de altos tonos, de alto sentimiento.

 

Enloquezco en mi cama, me alzo eufórico en la mejor ovación que mi cuerpo puede ofrecer. Atónito, helado y en éxtasis, no me cabe la menor duda de que Fyodor Dostoevsky hace, desde su tumba, una reverencia orgullosa al trabajo impecable de Richard Ayoade (Director / Guionista), Jesse Eisenberg y Mia Wasikowska (Principales).

Le Ganrçons et Gillaume, a table! (2013)

Guillaume Gallienne

Podría considerarse una “tragicomedia”, donde el personaje principal “Guillaume” narra la historia de su vida desde el escenario de un teatro; ahí el expone los diferentes acontecimientos desde su infancia, donde posteriormente son representados en escenarios “reales”. En la película se logra una perfecta fusión entre la narración “teatral” y la presentación de los escenarios como memorias del personaje principal, logrando guiar al espectador a través de los pasajes de la vida de Guillaime, desde su infancia y adolescencia, hasta su adultez. A medida que transcurre la historia, vemos como el narrador (monólogo teatral) pareciera convertirse en la consciencia, en un ente que expresa y traduce los sentimientos mostrados en las imágenes de su vida. Es, en mi opinión, una simbiosis muy bien lograda entre el teatro y el cine, donde el espectador logra obviar que la película se encuentra narrada desde un teatro para asumir el monólogo como una voz interna, tal cual lo hace la mamá de Guillaume en la historia. Los prejuicios y tabúes de una familia adinerada francesa se vuelven el punto de focal de la historia, donde se cuenta como lineamientos sociales pre establecidos convierten la búsqueda de identidad de Guillaume en un camino tortuoso y lleno de trabas. Las diferentes escenas, representando diferentes etapas de la vida de Guillaume, poseen cierto carácter independiente, pero al final, las transiciones y la narración hace que la obra logre amalgamarse perfectamente. La dirección de fotografía lleva desde pasajes naturales en España, internados en Inglaterra y Francia, hasta luces coloridas de discotecas y spa, Todas con estética ostentosa e iluminación, usualmente, cálida. En ocasiones, las luces y sombras juegan a perspectivas duales, describiendo así, las emociones del personaje. La actuación de Guillaume Galliene resulta magistral. Lo vemos interpretar dos roles al mismo tiempo (él y su madre) en las diferentes edades de los personajes, haciendo caracterizaciones propias del grupo etario, lo que hace que el público sepa perfectamente si ve a un Guillaume adolescente o adulto. En su desempeño resulta evidente las múltiples referencias teatrales, expresadas por comedia y drama mostrados con surrealismo e ironía sutil propia del teatro, sin hacer de la obra un chiste exagerado, por lo que se adapta perfectamente al cine. La historia contada por Guillaume, logra hacer reír exageradamente con ocurrencias hilarantes, solo para contrarrestar y lograr secarse las lágrimas de la conmovedora escena anterior. La música, algo ecléctica, recorre el flamenco andaluz, música clásica hasta pop contemporáneo, con arreglos dramáticos e intensos, “Les garçons et Guillaume, à table!”, resulta, sin duda alguna, una joya de la gran pantalla.

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